En México hay dos de estas emisiones exitosas realizadas por el gobierno de la CDMX y el nuevo aeropuerto. Pero este es solo el comienzo. El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, es uno de los proyectos de infraestructura más significativos de la actual administración, no solo por la inversión que representa, o por ser detonante de la actividad económica e industrial aeronáutica del país, sino, también, por la integración de elementos sustentables que, además, le han permitido convertirse en la obra que mayor éxito ha tenido en uno de los mercados de reciente creación: el de los bonos verdes. “La emisión del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) no solo es la más alta, con 2,000 millones de dólares (mdd), también es la que mayor éxito ha tenido, y se realizó en el mercado internacional”, comentó José Coballasi, director de la calificadora Standard and Poor’s. Entre las características sustentables de la nueva terminal, explica, en un documento, Ernesto López, vicepresidente de la unidad Partner Projects en Schneider Electric México, es que dicha infraestructura fue planeada bajo el concepto de LEED Platinum categoría v4, lo cual implica que la red eléctrica, las instalaciones hidrosanitarias, el aire acondicionado y la iluminación están integradas a través de un sistema robusto. “Tecnologías como el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) permitirán que diferentes áreas operen coordinadamente y, en consecuencia, otorguen la mejor experiencia a los viajeros y operadores. Los aspectos básicos que necesita esta obra para mantener altos estándares de operación son: la seguridad, eficiencia, productividad, confiabilidad y sustentabilidad”, afirmó el especialista. Estas características permitieron que el GACM llevara a cabo una colocación, sin precedentes en México, en un mercado que para los expertos es incipiente, pero que crece a gran velocidad, no solo en el país, sino en el mundo. La de GACM, por 2,000 mdd, que en total será por 6,000 mdd, lo cual significará un detonante para otros proyectos, afirmó Alba Aguilar, directora de Nuevos Mercados SIF ICAP, subsidaria de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Sin embargo, hasta finales del año pasado esa colocación no era la única, pues ya se habían llevado a cabo cuatro operaciones más en dos años por parte de organismos e instituciones como Nafin y el gobierno de la Ciudad de México, cuyos recursos financian proyectos relacionados con energías renovables; el primer caso es para la banca de desarrollo. En el caso de la CDMX se utilizará en infraestructura relacionada con el transporte sustentable. Dichos instrumentos se colocan en el mercado y los recursos obtenidos son exclusivamente para financiar proyectos con características sustentables, lo cual los hace muy atractivos para quienes buscan dinero para este tipo de obras, explicó la ejecutiva. Datos de la calificadora Standard and Poor’s revelan que al cierre de 2016, el mercado de bonos verdes, a nivel global, sumaba 170,000 mdd, cifra a la que se sumaron 20,000 mdd en el primer trimestre de 2017, principalmente emitidos en China e India. Datos de Natixis Global Asset Management revelan que la creciente importancia de la inversión ambiental, social y en gobernabilidad, podría ser el impulsor clave para atraer más inversionistas individuales, de todas las generaciones, a invertir más, o, incluso, empezar a planear su retiro. Según el Reporte ESG 2017 de la empresa, tres cuartas partes de los inversionistas globales consideran importante invertir en empresas que reflejan sus valores personales, entre los más relevantes está la sustentabilidad. “Los individuos claramente expresaron su intención de que sus inversiones reflejen sus valores personales. El historial ambiental, social y ético de las empresas incluidas en sus portafolios de inversión realmente importa a los inversionistas”, afirmó Dave Goodsell, director ejecutivo del Centro de Investigación en la Construcción de Portafolios Duraderos de Natixis Global Asset Management. Las conclusiones de la encuesta realizada por Natixis demuestran que 70% de los participantes en el estudio destacó la importancia de invertir en empresas con sólidos historiales ambientales, y ante casos recientes como el de Volkswagen, Mylan y Theranos, se recomienda invertir en empresas con operaciones éticas en términos ambientales. Es lo que más destacaron los encuestados. El reporte de Natixis también remarca que aunque la inversión en temas ambientales y éticos puede no ser tan difundida, para los asesores financieros, al igual que las estrategias tradicionales, esta manera de trabajar atrae cada vez más a los participantes de la industria de servicios financieros. En el mundo, 40% de los asesores utilizan este tipo de inversión para mitigar riesgos de gobernabilidad y sociales. Adicionalmente, las instituciones encuestadas anticipan un papel más relevante para la inversión ambiental, y 6 de cada 10 predicen que se convertirá en una práctica habitual para su organización en los próximos cinco años. Problema ambiental El cambio climático es uno de los desafíos más grandes a los que nos enfrentamos en México y el mundo. Los eventos ambientales extremos, tales como sequías, inundaciones y huracanes, serán cada vez más frecuentes y nuestra economía necesita adaptarse a sus consecuencias así como mitigar sus efectos, revela información de la Plataforma Mexicana de Carbono (también conocida como México2), la cual forma parte de la BMV. Durante los próximos años, y a raíz de los acuerdos internacionales y marcos legales adoptados, México necesita financiar grandes proyectos en agricultura, agua, construcción sustentable, eficiencia energética, energía, transporte limpio, entre otros. Para ello, requiere bonos verdes, y el mercado mexicano de valores se convirtió en la primera bolsa en América Latina en lanzar este tipo de instrumentos. “En la medida en que el mercado de bonos verdes crece en el mundo, los inversionistas buscan mayor transparencia respecto al uso de los recursos. Para que un instrumento sea considerado como bono verde, debe contar con una certificación u opinión que acredite que el uso de los recursos estará ligado a los sectores vinculantes como son construcción sustentable, energía limpia y tratamiento de agua, entre otros”, explicó Aguilar. Por ello, la BMV se ha convertido en uno de los principales promotores de esos instrumentos, además de otros organismos financieros globales que ya participan en México como el Banco Mundial (BM). Según datos de este organismo, su subsidiaria, Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), e IFC se ubican entre las entidades que emiten más bonos verdes en el mundo. En 2015, el BIRF emitió 35 bonos verdes por un monto de 2,300 mdd, con lo que el total de bonos producidos (desde 2008 hasta la fecha) ascendió a más de 100, con un valor aproximado de 8,500 mdd en 18 monedas. Entre los principales impactos derivados de estas emisiones está uno relacionado con México, pues el BIRF está a la espera de que en el país se desarrolle un proyecto dirigido a mejorar la gestión forestal y permita reducir la deforestación y la degradación forestal en 1.6 millones de hectáreas de bosque, superficie mayor que la del estado de Connecticut, en Estados Unidos. “Para adaptarse a un mundo con una temperatura de 2 °C más alta, los países necesitarán recursos por entre 75,000 y 100,000 mdd anuales durante los próximos 40 años, lo que les permitirá generar la capacidad de adaptación ante dichos cambios; asimismo, se espera que los costos de mitigación se ubiquen entre 140,000 y 175,000 mdd al año para 2030”, revelan datos del organismo. Necesidad empresarial Las empresas enfocadas en la solución de los mayores desafíos ambientales y sociales en el planeta, tienen una importancia significativa para los inversionistas a largo plazo, explicó el ejecutivo de Natixis. “La forma en que el mundo aborda el tema de la energía evolucionará mucho en las próximas décadas. Este avance hacia un modelo intensivo de menos carbono ya está sucediendo”. También añadió que los fabricantes de turbinas eólicas, desarrolladores de tecnologías de apoyo (red inteligente, almacenamiento de energía y vehículos eléctricos), y eficiencia energética en los sectores de la construcción y el transporte, son áreas de nuevos progresos. “En general, cada vez más inversionistas hoy día no solo quieren generar un buen retorno, sino también hacer lo correcto y ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. La filosofía de inversión sustentable también está alineada con estos objetivos”, dijo Aguilar.
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