El estadio BBVA Bancomer es el primer inmueble de fútbol del continente americano en recibir la certificación LEED Plata. Los equipos de media y baja tensión instalados en el estadio BBVA Bancomer, ubicado en Ciudad Guadalupe, Nuevo León, logran 30% de ahorro en electricidad, de ahí que el inmueble deportivo cuente con la certificación LEED Plata. Para Patricio Beltrán Naranjo, ingeniero responsable de la implementación de tecnología en el estadio con capacidad para albergar a 51,000 aficionados, la principal característica de estos equipos eléctricos es que pueden automatizarse, y con ello reducir costos de operación y consumo de energía. Algunos de los dispositivos instalados, de la firma Schneider Electric, son los tableros Power Link. “Con ellos controlamos a qué hora se encienden las luces y en qué secciones. A través del protocolo de comunicación le indico al tablero qué quiero que haga”, expone Beltrán Naranjo. El equipo permite dividir al estadio en zonas, con lo que es posible iluminar áreas específicas. Al ser un inmueble inteligente, además, permite ubicar fallas fácilmente y seguir operando, señala Beltrán. Otros equipos que contribuyen a la eficiencia energética del estadio son los tableros de distribución eléctrica de media tensión, “con los cuales podemos hacer mediciones para saber cómo se está comportando la distribución eléctrica, en qué área se consume más energía o si existe alguna falla”, agrega. En cuanto a baja tensión, los tableros QD Logic son parte de la solución; estos cumplen con normas internacionales como UL849 y CSA4543. Y la última parte del sistema son los tableros QD Logic, “la pieza final es donde se encuentran los breakers, de ahí salen directamente a los focos. Son los que miden la energía”, explica Beltrán. Uno de los retos a los que se enfrentaron fue la automatización de diferentes equipos del sistema eléctrico, aire acondicionado, válvulas, plantas eléctricas, entre otros, porque querían que todo convergiera en un solo sistema de control, en una consola para visualizar todos los elementos y controlarlos. Una ventaja de estos equipos es que su instalación no requiere personal calificado. Sin embargo, requiere técnicos especializados para la programación y automatización del sistema. El reto de este tipo de inmuebles, considera Beltrán, está en la flexibilidad para ir creciendo según las necesidades que surjan a lo largo del tiempo, porque la tecnología avanza y los requerimientos también. La experiencia con estos equipos, comenta Beltrán, fue muy enriquecedora porque no solo fue dominar especificaciones técnicas, sino sentarse con la gente que operaría el inmueble, explicarle las posibilidades de la tecnología y, en función de eso y de manera conjunta, diseñar la mejor forma de operación para sacarle el mejor provecho a un sistema de este tipo.
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