Uno de los principales atractivos de la automatización de los edificios es la mejora en el desempeño de los diferentes sistemas y recursos que intervienen en su correcta operación. Esta tecnología es capaz de sincronizarse y trabajar en conjunto con otros sistemas gestionados por la domótica para lograr un mayor ahorro en el consumo energético y, con ello, reducir su huella ambiental Los edificios son responsables de hasta el 40 por ciento de la demanda energética mundial y pronto representarán el 60. Esta tendencia exige que las ciudades y empresas los transformen urgentemente en espacios más verdes y habitables. A la par, aumenta la responsabilidad para hacer más eficientes sus sistemas y apuntar a un mínimo de consumo eléctrico. La automatización, en este sentido, ofrece cada vez más y mejores soluciones para gestionar y optimizar las funciones, espacios y recursos energéticos de un inmueble y, en consecuencia, disminuir su impacto sobre el medioambiente. Esto implica la implementación de una serie de sensores, pantallas de visualización con mensajes, creación automática de estadísticas y equipos eléctricos de alta eficiencia, entre otros aspectos. Lo anterior, a su vez, requiere de una adecuada gestión en los sistemas de iluminación, aire acondicionado, cámaras de video vigilancia, seguridad, etcétera. La idea es lograr que los diversos elementos que integran la operación de un inmueble funcionen como un “ecosistema”. Es decir, que el edificio pueda “ver, oír y sentir a sus habitantes”, con el fin de adaptarse a sus necesidades y que comunique información fácil de interpretar, como la detección de movimientos, número de personas en una sala, la cantidad de luz que entra durante el día o las condiciones climáticas dentro de un espacio determinado. Sistema de gestión energética Una buena estrategia es la implementación de un sistema de alta tecnología de gestión energética (BEMS, por sus siglas en inglés). Según la empresa de analistas Navigant Research, el BEMS es una red de monitoreo y control basado en tecnologías de la información, vinculadas con las corrientes de datos acerca de la energía e infraestructura de un edificio, como sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Se trata pues de una herramienta que permite la visualización y análisis de datos para mejorar la toma de decisiones. Pero el BEMS es más que un sistema de gestión energética para monitorear sistemas de HVAC, de iluminación o control de accesos. Ofrece, además, información acerca de servicios, seguridad, tarifas de energía, etcétera. Esto sin mencionar aspectos acerca de la operación de instalaciones, comodidad de los ocupantes, facturas de servicios y datos sobre el clima local. Igualmente, involucra presupuestos de capital, emisiones de carbono y metas de sostenibilidad. Seguridad y control Otra de las aplicaciones más populares de la tecnología en automatización de edificios, la cual está directamente relacionada con garantizar la seguridad. El universo de productos para este fin es sumamente amplio: domos, software de gestión, cámaras panorámicas, térmicas, de alta definición para interiores y exteriores, así como a prueba de explosiones para ambientes especiales. Actualmente, el mercado busca cámaras panorámicas que incorporen tecnología multisensor y ojo de pez. Se trata de aparatos de alta definición de 5 Mp y 12 Mp, en versiones de 360, 270 y 180 grados de cobertura. Un ejemplo de las innovaciones en seguridad son las cámaras que ofrecen la característica llamada dewarping, la cual permite a los usuarios ir atrás en el tiempo para ver la retrospectiva de la escena en su forma original para luego aplicar funciones de giro horizontal, vertical y/o zoom (PTZ) dentro de la imagen de 360 grados, como si se tratara de una imagen en vivo. Este tipo de tecnología es compatible con la mayoría de las aplicaciones incluyendo videovigilancia urbana, retail y casinos. Según el informe Movilidad de Ericsson 2016 (NASDAQ: ERIC), se estima que para 2021 habrá cerca de 16 mil millones de dispositivos conectados al concepto de loT El Internet de las Cosas Otro factor clave es el uso de sistemas ligados al concepto loT (Internet of Things) o Internet de las cosas. Se trata de una tendencia que llegó para quedarse, la cual plantea un nuevo esquema de interconectividad entre los sistemas y aparatos, así como acceso a la información en tiempo real. La idea es lograr una toma de decisiones más eficaz y oportuna a través de la aplicación de estándares mundiales que redunden en un impacto positivo en la administración del inmueble. Esto es posible gracias a la información que proveen los diferentes sistemas para incrementar la disponibilidad y uso eficiente de los recursos. Una edificación diseñada a partir de pautas de evaluación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) ahorra de 30 a 50 por ciento de energía respecto de los edificios tradicionales, lo que a su vez se traduce en una disminución de costos operacionales. La integración de estos instrumentos genera múltiples ventajas: flexibilidad en el uso de espacios, mayor productividad y eficiencia energética, simplificación de las operaciones diarias, menor impacto ambiental, transformación de los datos en información útil y acceso a ésta las 24 horas del día. Un ejemplo de su aplicación es el Centro de Desarrollo e Innovación de Monterrey (CDIM), distinguido a nivel nacional con una certificación LEED Nivel Plata, y avalado por Underwriters Laboratories (UL), una consultoría de seguridad con validez internacional. El CDIM busca la certificación NetZero mediante la puesta en marcha de una granja solar que alimente de energía el área de oficinas. Finalmente, cuando existe un uso eficiente de los recursos energéticos en una edificación necesariamente hay un impacto positivo, debido a que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo cual más allá de traducirse en un ahorro económico, también implica el cuidado del medioambiente. Diseño y consumo de energía El diseño de la envolvente y la iluminación de los edificios pueden ahorrar 40 % del gasto de energía en un edificio; las malas prácticas, en cambio, pueden incrementarlo hasta en un 90 % Un diseño inadecuado en la envolvente de un inmueble puede costar al año hasta 100 pesos por cada metro cuadrado “Cuando se agregan los efectos de la selección del sistema de climatización, las mejores prácticas de diseño pueden generar un 50 % de ahorro, mientras que las peores conducen a incrementos que van de un 60 hasta 210 %, dependiendo del clima”, afirma Odón de Buen, Director General de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía Fuente: imei.org.mx ————————————————————————————————————————————————- Tania Kalinka Cerda Licenciada en Ingeniería Eléctrica y Electrónica con 10 años de experiencia en empresas del sector eléctrico. Se especializa en temas de eficiencia energética, sustentabilidad y ciudades inteligentes. En la actualidad es gerente de Power Solutions en Schneider Electric y responsable de las soluciones de administración y control de energía para la unidad de EcoBuilding en México.
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